Las cadenas del hábito, por lo general, son demasiado pequeñas para poder notarlas, hasta que se vuelven demasiado fuertes para poder romperlas.
Samuel Johnson

lunes, 12 de agosto de 2013

Ser o tener

. La ciencia biológica moderna ha demostrado hasta la saciedad que la vida no es un conjunto de partes inconexas sino más bien un inmenso organismo absolutamente conectado cuyos elementos (nosotros somos uno de ellos) son interdependientes y ligados por un equilibrio común.
Paradójicamente vivimos de espaldas a esta evidencia. Nos hemos alejado tanto de la naturaleza que tenemos de ella una noción lejana y desgajada en partes que difícilmente conseguimos ver conectadas.
Como no forma parte de nuestra vida cotidiana, hemos perdido la capacidad de disfrutar de ella y valorarla y nos empeñamos en cambiarla por cosas, y más cosas……
¿Acaso estamos confundiendo tener cosas con vivir?
Cuando hayamos cambiado demasiada naturaleza por cosas, pues eso : tendremos muchas cosas pero será difícil respirar porque lo que quede no será capaz de limpiar nuestro aire y llenarlo de oxigeno, no podrá depurar el agua que bebemos cada día, no podrá generar alimentos.
Así que….. tan poquito a poco que no nos demos cuenta de nuestra decisión inconsciente, nos habremos suicidado por entregas y moriremos satisfechos con mucho dinero en el banco, y un monton de cosas ridículamente inútiles

Si la naturaleza desapareciera, los humanos desaparecerían con ella. Es tan evidente como que solo ella produce nuestros alimentos, limpia nuestro aire y nuestra agua etc. etc.
 Si la destruyéramos de golpe la, sería un suicidio pues  inmediatamente moriríamos todos.
Estamos de acuerdo en que eso sería tan estúpido como cortar la rama en la que uno está apoyado. Pero……. ¿Y si la vamos destruyendo poquito a poco? Cambiando cada cachito por cosas que aparentemente nos gustan más: Dinero, electrodomésticos, coches, pisos……….
Aunque a simple vista nos cuesta ver la relación, con cada cosa que alguien fabrica para nosotros, un paisaje de este planeta ha quedado pringado o ha sido destruido. No por nuestra acción, sino por el hecho de que en ese mismo momento ha habido seis mil millones más de acciones, muy parecidas a la nuestra, que atendiendo a sus efectos pueden ser : muy agresivas contra la vida, pasando por las inocuas hasta las  muy beneficiosas.

                      Positivo               inocuo            negativo
 


Si analizamos fríamente nuestra actividad, nos comportamos como el peor de los parásitos, destruimos especies enteras con el pintoresco objetivo de fabricar cremas para el cutis, destruimos bosques para hacer pasta de papel sobre la que imprimiremos la imagen del bosque que fue. Contaminamos el aire para transportar allá lo que fabricamos aquí y viceversa, o para ver un paisaje a mil quilómetros sin haber visto el que tenemos a la vuelta de la esquina.
Encontramos diversión en matar y torturar otros seres vivos, Comemos y bebemos en exceso hasta reventar. En fin, el catalogo de los horrores y las estupideces. Todo ello sin dejar nada a cambio. Ni siquiera los excrementos como hace cualquier honrado parasito.
No hay en el mundo un parasito tan estúpido que llegue a matar a su hospedero. Si lo hubo lógicamente se extinguió. Los parásitos normalmente no pueden elegir dejar de serlo. Solo el ser humano es capaz de ver el peligro y cambiar de actitud.

Jesus Arnau