Las cadenas del hábito, por lo general, son demasiado pequeñas para poder notarlas, hasta que se vuelven demasiado fuertes para poder romperlas.
Samuel Johnson

viernes, 30 de abril de 2010

JARDINES TERAPEUTICOS PARA DISCAPACITADOS




En el caso de jardines destinados al uso de discapacitados, ya sea como disfrute o como terapia, deberá estar adaptado a sus limitaciones y también a sus motivaciones y los desafíos que se muestra dispuesto a afrontar. Pero también debe estar orientado a los objetivos que se pretende conseguir.

Uno de los objetivos básicos debería ser conseguir invertir el rol que la persona mantiene con el entorno. Que al experimentar su capacidad de ofrecer cuidado y atención a otros seres vivos, aumente su autoconfianza y su capacidad para crecer asumiendo nuevos retos.  

Teniendo en cuenta que las tareas que para nosotros son fáciles, a ellos les puede requerir un gran esfuerzo, procuraremos facilitarle los trabajos tediosos o pesados para no enfrentarle a un esfuerzo excesivo. Los automatismos en el riego, los diferentes elementos, accesibles y cercanos, áreas de descanso en zonas protegidas a la sombra…..


Recoger información.


Es imprescindible llevar a cabo un trabajo de investigación específico en el que en primer lugar podemos recabar información de asociaciones de minusválidos o terapeutas que trabajen en ese campo.

Los datos más valiosos los obtendremos investigando que fuentes de disfrute encuentra el interesado en el entorno natural, y la apreciación que tiene de ese entorno desde su discapacidad.

Dar algunos paseos con él por entornos naturales anotando todo lo que atrae su atención y representa un estimulo positivo, y también todos los inconvenientes que los espacios “normales” para nosotros les plantean.

Una idea interesante seria que el encargado de diseñar el jardín intente manejarse en el mantenimiento de un jardín “jugando” a que él mismo padece las incapacidades de su cliente.

Graduar los desafíos

Facilitarle las cosas no quiere decir que debamos planificar un jardín con criterios de domótica para que la persona discapacitada lo controle todo con un mando a distancia.
Una vez hemos acumulado toda la información posible acerca de sus limitaciones, motivaciones y preferencias en el momento presente, diseñemos una estrategia de crecimiento progresivo en la que los desafíos estén un pasito por delante de los potenciales aparentes, de modo que la motivación le lleve a esforzarse y a ir más allá de sus hábitos y miedos. Si nos quedamos cortos podemos caer en la rutina y perder el estimulo que le ayudaría a superarse. Si nos pasamos provocaremos un desanimo que puede bloquearle.

Recursos

1.      Si va en silla de ruedas será necesario elevar los bancales y arriates para situarlos al alcance de la mano.
2.      Habrá que considerar la instalación de barandas y otros elementos de apoyo como eliminar escaleras y pendientes fuertes.
3.      La biodiversidad tendrá en cualquier caso una función ampliada como elemento de observación,  para lo que se hará un esfuerzo para  atraer pájaros, mariposas……El efecto terapéutico del jardín será más efectivo cuantos más elementos naturales puedan estar presentes.
4.      La biodiversidad de este pequeño ecosistema se puede ampliar con algún animal mascota de reconocido efecto terapéutico
5.      En el caso de minusvalías visuales, para facilitar la orientación al principio, pueden situarse balizas en puntos clave con un grabado de un plano señalando la ubicación de ese punto.
6.      También pueden usarse grupos de campanillas ligeras de diferentes tonos, que suenen con la brisa y permitan la identificación de las diferentes partes y recorridos del jardín.

JARDÍN SENSORIAL

En un jardín sensorial, explotamos todo aquello que estimule  los sentidos, no solo colores y texturas que solo implican la vista, sino también:

Sonidos. El viento los produce al pasar entre las hojas de algunas plantas o de carrillones. El agua en movimiento (cascadas, fuentes…),
Aromas. Distribuyendo plantas con diferentes aromas para que se puedan reconocer los diferentes itinerarios. Un sendero con el perfume casi olvidado de los rosales antiguos, otro con plantas aromáticas…
Temperaturas. Alternando zonas de sombra y sol,  frescor y calor. 
Tacto. Si puede andar podemos incluir un circuito preparado, para que, pueda caminar descalzo experimentando las diferentes texturas (césped, canto rodado fino, arena, tierra….)
     Caminar sobre una delgada capa de agua o estar sentado con los pies en ella ¡¡ es lo más¡¡  
      Intentaremos que en general, y en la medida de lo posible, la mayor parte de los elementos, y sobre todo las plantas estén al alcance de las manos para experimentar el tacto y el olor de la vida.
Gusto. Con hortalizas, frutillas y arbustos con frutos y hojas comestibles.


Parte de este esquema de diseño es muy aconsejable también con fines pedagógicos en granjas escuela o huerto-jardín escolar, para desarrollar habilidades de pensamiento, sensorio-motoras, de comunicación intercambio y expresión, en un entorno protegido


Jesus

miércoles, 28 de abril de 2010

NECESIDAD DEL CONTACTO CON LA NATURALEZA

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 Dependemos de la Naturaleza, no sólo para nuestra supervivencia física. También necesitamos a la Naturaleza para que nos enseñe el camino de casa, el camino de salida de la prisión de nuestras mentes. Nos hemos perdido en el hacer, en el pensar, en el recordar, en el anticipar y hemos 
olvidado lo que las rocas, las plantas y los animales ya saben.  Nos hemos olvidado de ser                                                                      
                                                                   Eckhart Tolle


                                 La ciencia biológica moderna ha demostrado hasta la saciedad que la vida no es un conjunto de partes inconexas sino más bien un inmenso organismo absolutamente conectado cuyos elementos (nosotros somos uno de ellos) son interdependientes y estan ligados por un equilibrio común.
Paradójicamente vivimos de espaldas a esta evidencia. Nos hemos alejado tanto de la naturaleza que tenemos de ella una noción lejana y desgajada en partes que difícilmente conseguimos ver conectadas.
Como no forma parte de nuestra vida cotidiana, hemos perdido la capacidad de disfrutar de ella y valorarla y nos empeñamos en cambiarla por cosas, y más cosas……
Las escasas plantas que encontramos en nuestra vida cotidiana son para nosotros objetos que confundimos con su nombre o con la función que cumplen. De este modo creemos saber lo que es un roble porque hemos visto fotos suyas o de su madera, pero no tenemos ni idea de cómo es de espesa su sombra, huele su savia o como sabe una de sus bellotas. Comemos tomates , pero nunca hemos visto a una abeja polinizar sus flores. Ni siquiera imaginamos que cogidos en sazón, puedan tener un aroma encantador.
Si la naturaleza desapareciera, los humanos desaparecerían con ella y esto hace más dramática la paradoja.
Es tan evidente como que solo ella produce nuestros alimentos, limpia nuestro aire y nuestra agua etc. etc.
Destruirla de golpe sería tan estúpido como cortar la rama en la que uno está apoyado. Pero……. ¿Y si la vamos destruyendo poquito a poco? Cambiando cada cachito por cosas que aparentemente nos gustan más: Dinero, electrodomésticos, coches, pisos……….
Aunque a simple vista nos cuesta ver la relación, con cada cosa que alguien fabrica para nosotros, un paisaje de este planeta ha quedado pringado o ha sido destruido. No directamente por nuestra acción, aparentemente inofensiva e irrelevante, sino por el hecho de que en ese mismo momento ha habido seis mil millones más de acciones, inofensivas e irrelevantes, cuyo sumatorio a lo largo de los años tiene un efecto brutal sobre el planeta. Así, sin sentirnos responsables de ningún delito ecológico, vamos cambiando pequeños trocitos de naturaleza por cosas.
Cuando hayamos cambiado demasiada naturaleza por cosas, pues eso: tendremos muchas cosas pero será difícil respirar porque lo que quede no será capaz de limpiar nuestro aire y llenarlo de oxigeno, no podrá depurar el agua que bebemos cada día, no podrá generar alimentos.
Así que…. tan poquito a poco que no nos demos cuenta de nuestra decisión inconsciente, nos habremos suicidado por entregas y moriremos satisfechos con mucho dinero en el banco, y un montón de cosas ridículamente inútiles.
Para que no llegue ese momento, es urgente recuperar la conciencia de nuestra pertenencia a la naturaleza.
La naturaleza no cabe en ningún libro. No es un concepto ni una idea, ni una imagen que vemos por televisión. El único camino para saber algo de  la naturaleza,  es el vivencial, a través de todos los sentidos y conectados emocionalmente. Es experimentar sus procesos sus ritmos y nuestra ancestral conexión con ella.
   Acercar la naturaleza a nuestras vidas es un paso trascendente para que viviéndola aprendamos a    
    protegerla y vayamos eliminando de nuestras vidas los hábitos de consumo irresponsable. 

Jesus