. La ciencia biológica moderna ha demostrado hasta
la saciedad que la vida no es un conjunto de partes inconexas sino más bien un
inmenso organismo absolutamente conectado cuyos elementos (nosotros somos uno
de ellos) son interdependientes y ligados por un equilibrio común.
Paradójicamente vivimos de espaldas a esta
evidencia. Nos hemos alejado tanto de la naturaleza que tenemos de ella una
noción lejana y desgajada en partes que difícilmente conseguimos ver
conectadas.
Como no forma parte de nuestra vida cotidiana,
hemos perdido la capacidad de disfrutar de ella y valorarla y nos empeñamos en
cambiarla por cosas, y más cosas……
¿Acaso estamos confundiendo tener cosas con vivir?
Cuando hayamos cambiado demasiada naturaleza por
cosas, pues eso : tendremos muchas cosas pero será difícil respirar porque lo
que quede no será capaz de limpiar nuestro aire y llenarlo de oxigeno, no podrá
depurar el agua que bebemos cada día, no podrá generar alimentos.
Así que….. tan poquito a poco que no nos demos
cuenta de nuestra decisión inconsciente, nos habremos suicidado por entregas y
moriremos satisfechos con mucho dinero en el banco, y un monton de cosas
ridículamente inútiles
Si la naturaleza desapareciera, los humanos
desaparecerían con ella. Es tan evidente como que solo ella produce nuestros
alimentos, limpia nuestro aire y nuestra agua etc. etc.
Si la destruyéramos
de golpe la, sería un suicidio pues
inmediatamente moriríamos todos.
Estamos de acuerdo en que eso sería tan estúpido
como cortar la rama en la que uno está apoyado. Pero……. ¿Y si la vamos
destruyendo poquito a poco? Cambiando cada cachito por cosas que aparentemente
nos gustan más: Dinero, electrodomésticos, coches, pisos……….
Aunque a simple vista nos cuesta ver la relación,
con cada cosa que alguien fabrica para nosotros, un paisaje de este planeta ha
quedado pringado o ha sido destruido. No por nuestra acción, sino por el hecho
de que en ese mismo momento ha habido seis mil millones más de acciones, muy
parecidas a la nuestra, que atendiendo a sus efectos pueden ser : muy agresivas
contra la vida, pasando por las inocuas hasta las muy beneficiosas.
Positivo inocuo negativo
Si analizamos fríamente nuestra actividad, nos comportamos
como el peor de los parásitos, destruimos especies enteras con el pintoresco
objetivo de fabricar cremas para el cutis, destruimos bosques para hacer pasta
de papel sobre la que imprimiremos la imagen del bosque que fue. Contaminamos
el aire para transportar allá lo que fabricamos aquí y viceversa, o para ver un
paisaje a mil quilómetros sin haber visto el que tenemos a la vuelta de la
esquina.
Encontramos diversión en matar y torturar otros
seres vivos, Comemos y bebemos en exceso hasta reventar. En fin, el catalogo de
los horrores y las estupideces. Todo ello sin dejar nada a cambio. Ni siquiera
los excrementos como hace cualquier honrado parasito.
No hay en el mundo un parasito tan estúpido que
llegue a matar a su hospedero. Si lo hubo lógicamente se extinguió. Los
parásitos normalmente no pueden elegir dejar de serlo. Solo el ser humano es capaz de ver el peligro y
cambiar de actitud.
Jesus Arnau
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